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Fundación Venezolana para el Avance de la Psicología de la Salud

domingo, 18 de enero de 2015

LA MUERTE: PREPARARNOS ANTES DE PARTIR- SUGERENCIAS PSICOLÓGICAS

LA MUERTE: PREPARARNOS ANTE DE PARTIR
SUGERENCIAS PSICOLÓGICAS

Psic. Gilberto Aldana-Sierralta

Uno de los temas que ha generado múltiples opiniones desde diversas áreas del conocimiento humano al igual que el tema del amor, ha sido el de la muerte. El desarrollar algunas ideas sobre el final de la vida, sin duda alguna, puede despertar opiniones encontradas, y esto por lo general se debe a la incertidumbre que se genera, además de las dificultades para explicar científicamente qué acontece con la vida o simplemente que pasa con aquellos que sus funciones biológicas y psicológicas han cesado.

Desde el punto de vista psicológico dos de los eventos que pueden generar gran malestar emocional en los seres humanos son: la incertidumbre y la impotencia, y para muchos eso es precisamente lo que significa: la muerte.

Es por ello que por muchos años la representación gráfica que se le tiene a este proceso es el esqueleto fúnebre y tenebroso acompañado de una guadaña que prácticamente nos roba o más específicamente,  rompe de manera abrupta ese cordón de plata que tiene atada el alma al cuerpo físico tal cual refiere la Biblia. Caso contrario acontece con un estado muy reforzante para la mayoría de las personas  como lo es el amor, siendo el mismo representado por un corazón rojo acompañado de otros elementos que describen sentires agradables tales como la ternura, el altruismo, el deseo sexual, el compañerismo, entre otros.

La muerte en este lado del mundo, por lo general, tal como se comentó anteriormente despierta sentires desagradables, consecuencia de la  incertidumbre e  impotencia,  ya que la primera, se relaciona con ese sentir de ¿Qué pasa después que las funciones vitales cesan? ¿Qué hay después de la muerte? ¿A dónde irán las personas? Por otra parte, la segunda característica, la impotencia se relaciona con ese sentir aversivo de que por más que hagamos todo lo que esté a nuestro alcance (asistencia médica, espiritual, recursos económicos, familiares entre otros), no podemos detener el curso de los hechos, pues cuando alguien amado debe irse en “el tren que lo llevará hacia el eterno adiós” sabemos que no podemos hacer nada para impedir ese  estado, por el contrario debemos aprender a  trabajar en poder aceptar esa realidad.

Como psicólogo clínico y de la salud he tenido que vivenciar la muerte de otros seres humanos. Mi experiencia en la atención psicológica de personas con enfermedades crónicas tales como: Cáncer, SIDA, Alzheimer entre otras, así como a víctimas de la violencia actual que domina a nuestra sociedad venezolana, me ha llevado a tener un aprendizaje que sin duda alguna ha despertado el interés de compartir con ustedes ese conocimiento adquirido durante mi ejercicio profesional.

En primer lugar, debemos considerar el manejo psicológico de la incertidumbre y la impotencia, ambas generadas por la muerte de un ser querido. Dentro del campo de la Psicología de la Salud se resalta la importancia de la preparación psicológica que debemos tener como seres humanos ante el tema de la muerte; a este proceso se le  da el nombre de “psicoprofilaxis mortuoria”. Aquí debemos destacar la importancia del aprendizaje como proceso psicológico que permitiría el cambio de actitud ante este fenómeno.  Debemos partir en que sólo el aprendizaje adaptativo es aquel que nos permitirá asumir una actitud menos aversiva hacia la muerte, sin pretender que la muerte nos sea indiferente, sino que podamos darle el significado psicológico adaptativo a un proceso normal y que todos en algún momento afrontaremos en una o varias oportunidades hasta que llegue nuestro propio encuentro con el desenlace final de la vida.

A la muerte no se le debería huir ni manifestar fobia ante la misma, por el contrario se debe concientizar que está ahí, que en cualquier momento podemos afrontar este proceso, ya sea en la de un ser amado o el nuestro propio. Por lo general, las personas evitan tocar este tema en sus conversaciones cotidianas, de hecho se pueden generar pensamientos mágico-religiosos asociados a la posibilidad de que muera alguien cercano con el simple hecho de tocar el tema, por ejemplo. “estas invocando a la muerte, cancelado y trasmutado” dicen muchos en Venezuela.

Es imprescindible considerar a la  vida como un ciclo, algo que es cambiante y alejarnos de la concepción de estado estático o de constancia temporal lo cual es el primer ingrediente para aumentar o iniciar formas de afrontamiento desadaptativo ante la muerte.   Debemos desmontar la idea de la perpetuidad de la vida, esto se debe llevar a cabo desde el punto de vista tanto racional como emocional. El entendimiento racional de las situaciones puede generar efectos moduladores de las emociones, de aquí parte la importancia de destacar la condición cambiante de nuestras vidas, el tiempo y el destino no están congelados, por el contrario, son dinámicos: el primero tiene una progresión lineal mientras que el segundo puede dar cambios hasta de 180° y en la mayoría de los casos sin ningún aviso  preparatorio, por el contrario, es una demanda de asumir o resignarse ante una situación de aparición abrupta.

Partiendo de la base del cambio vital es que se plantea la primera recomendación para llevar a cabo un afrontamiento adaptativo ante la muerte: vivir el momento o el tiempo presente, es hoy nuestra oportunidad, no es el mañana ni lo fue el ayer. En mi experiencia como psicólogo de la salud, he podido identificar que son los llamados cargos de conciencia o simplemente sentimientos de culpa  por no haber sido cercano afectivamente, o no haber ayudado o respetado a la persona fallecida. Las acciones que influyen en que las personas busquen asistencia psicológica y de esta manera, intentar eliminar a  la llamada culpa que tanto malestar puede generar en el individuo. Dada la condición aversiva que genera la culpa, la recomendación es prevenir su aparición practicando el altruismo y el respeto hacia las demás personas en especial a nuestros seres cercanos, ese debe ser nuestro norte, indiferentemente del comportamiento de los demás. El rencor y el egoísmo son la dupla perfecta para la generación futura de esos cargos de conciencia.

A veces he podido visualizar como las personas gastan una suma considerable de dinero en la compra de una corona de flores, o la urna más costosa en la funeraria de más renombre en su respectiva ciudad, como una forma de limpiar la culpa que se genera desde el punto de vista cognitivo y emocional, al no haber acompañado, visitado, respetado o tratado con altruismo a ese ser querido, p.e.: madre, padre, hermano, pareja, amigo cercano entre otros. Esta infección psicológica que perturba nuestra mente: la culpa, no hubiese tenido cabida si nos hubiésemos inmunizado con el compartir afectivo con este ser querido, es muy probable que el simple  hecho de salir con cierta frecuencia y compartir una tarde amena en medio de la degustación de un helado o un café con ese ser querido, nos hubiese inmunizado contra esa “infección psíquica” llamada: culpa.

En el caso de nuestra propia muerte, la incertidumbre y la impotencia además de la desesperación nos pueden atacar. Volvemos al punto, al resaltar de nuevo la importancia de desmontar en nuestras estructuras cognitivas, la consideración errónea de eternidad física que por lo general, nos acompaña en nuestro desarrollo, pues la realidad es que una de las cosas más segura de este mundo al igual que en cada mañana sale el sol, es que vamos a morir, para algunos será más temprano, para otros más tarde, es por ello que resaltamos la importancia de vivir el momento actual, haga el siguiente ejercicio: ¿ si su muerte llegará mañana? ¿Qué acciones o deseos no han cumplido? ¿tiene algunos rencores hacia otras personas que sólo el perdón podría liberarlo? Dependiendo de sus respuestas comience a motivarse en redireccionar sus acciones conductuales para alcanzar algunos de esos procesos no iniciados o dejados a un lado por la cotidianidad. La pregunta final es: ¿a mis (aquí coloque su edad cronológica) me siento satisfecho con lo que he alcanzado? (no incluya sólo lo económico, también lo afectivo, lo familiar y lo relacionado con el disfrute como tal que debe tener la vida).

En este punto vamos a ser más humanista y pragmáticos. Es frecuente escuchar a las personas decir las siguientes frases: “la vida es dura”, “se viene a este mundo a pagar”. Pues intentemos hacer un ejercicio mental, no voy a negar que existen muchas situaciones que nos llenan de amargura, de tristezas o simplemente de impotencia, pero como le digo a mis pacientes, si todo en esta vida tiene una razón de ser, ¿cuál es la razón de ser del sufrimiento? La respuesta es que tenemos dos opciones: a- sucumbir ante el sufrimiento y generar un estado psicológico alterado patológico, o b- tomar el sufrimiento y transformarlo en un aprendizaje de vida.

Las situaciones vitales traen consigo constantes posibilidades de aprendizajes, y ellas nos permiten crecer como seres humanos, no lo olvides.  Los grandes aprendizajes  de vida nos vienen cuando la vida nos pone a prueba, cuando debemos enfrentar la traición, el fracaso, el cambio y entre esos cambios tenemos: a la muerte. La muerte por lo general puede ser inesperada, de manera inmediata o a corto plazo, es por ello que el momento es ahora para iniciar nuestro aprendizaje mortuorio y sanamente prepararnos para vivir sin negar que existe el  final de la vida.

Es pertinente la aclaratoria, no es condicionar nuestra vida a la idea obsesiva de la muerte, más bien, es utilizarla como un trampolín para disfrutar cada día de nuestra estancia en la vida, compartir con nuestros seres queridos, perdonar a aquellos no tan queridos y de esta forma liberarnos de malestares, hacer las actividades que nos gustan, ya sean laborales o recreativas, dormir, comer, jugar entre otras más, ¿cómo puedes identificar que son las indicadas? son todas aquellas actividades en las que te involucras  sin importarte el tiempo que transcurra, sabes cuándo lo inicias pero no cuando terminas y a pesar de eso te sientes motivado y ameno por haber invertido tiempo en ello.

Existen situaciones para aprender, comúnmente las llamamos “problemas” y como en las matemáticas, hay unos más fáciles o más difíciles de resolver, pero también existen múltiples situaciones para alegrar nuestro transitar vital, así que trata que las pesadillas no oscurezcan tus sueños, todo está ahí por una razón de ser, y de esta forma cuando llegue el momento de pararnos de la mesa, cuando el juego termine, poder irnos o despedir a un ser amado con la satisfacción que dimos lo mejor de nosotros durante ese tiempo maravilloso que compartimos con esa persona o simplemente compartimos en este mundo.

"No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre".
Stefan Zweing (1881-1942) Escritor austriaco

Me despido afectuosamente:

Psic. Gilberto Aldana-Sierralta (Mgs)

Presidente FUNVEPSSA/SOVEPSSA
Psicólogo Clínico y de la Salud
Psicólogo Sexólogo
Psicólogo Adjunto Hospital Vargas de Caracas
Docente Universitario de pre y post grado
Twitter: @gilberto_aldana



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